MANIFIESTO
Hoy en día, el valor de un producto es directamente proporcional a lo que pagamos por él. Esto explica por qué una bolsa, cuyo último fin es guardar en su interior cosas como el móvil, un paquete de pañuelos desechables o unas mandarinas, puede oscilar entre los cinco céntimos —Mercadona— y los 37.500 euros —Dolce & Gabbana—. El sector del lujo ha sabido ver esta proporcionalidad y por eso nos ofrecen productos que ayudan a proyectar nuestra imagen de manera más elevada.
Si midiésemos el valor exclusivamente por su utilidad, no tendría mucho sentido gastarse 37.500 euros en una bolsa para llevar unas mandarinas. Por otro lado, la bolsa de cinco céntimos cumpliría bastante bien esa función. Es más, la cumpliría muy bien durante mucho tiempo y nos ahorraría muchísimo dinero.
Sin embargo, la realidad del mercado es otra. Concretamente una realidad que provoca que en España se sigan usando 180 bolsas de plástico por habitante cada año, con todo lo que ello conlleva a nivel medioambiental.
Granel existe hoy para reflexionar sobre el valor de los productos, de la sostenibilidad y de las consecuencias.
¿Es sostenible esta manera de valorar las cosas? ¿Por qué no reutilizamos lo que se puede reutilizar? ¿Es el precio de un producto lo que realmente nos cuesta? ¿Lo que le cuesta al planeta? Hay que analizar el mundo en el que vivimos para poder hacernos la pregunta más importante de todas: ¿En qué mundo queremos vivir?